Ya que estamos a las vísperas de que lleguen los Reyes Magos vamos a hablar de la tradición de comer el Roscón de Reyes en el desayuno o merienda del 6 de enero.
Este roscón tiene forma de un gran anillo, y está realizado con masa fina y relleno tradicionalmente con nata, aunque también los hay rellenos de crema, mazapán, chocolate…., y en la parte superior está decorado con fruta confitada, ya que simbolizan los colores de los mantos de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Aunque esta tradición se ha arraigado en la cultura cristiana con la celebración de la Epifanía, realmente tiene orígenes romanos ya que, durante las fiestas de comienzos de año, los pobres recibían tortas dulces de forma circular que contenían un haba en su interior, que representaba la prosperidad, y el que la encontraba era coronado “rey por un día”.
Posteriormente, en la Edad Media, la iglesia institucionalizó el reparto de esas tortas, que permaneció sobre todo en Francia, y allí comenzó a rellenarse también con figuritas lujosas. Su llegada a España fue durante el reinado de Felipe V.
En la actualidad las sorpresas que suele contener son muñequitos diversos y el haba, y dependiendo de los lugares, en ocasiones significa ser coronado “rey de la casa”, o que el que lo encuentre debe pagar el roscón.