Estamos en febrero, el mes del amor. Es el momento de hacer todas esas cosas que no hemos tenido la oportunidad de hacer, de regalar lo que no hemos regalado antes o incluso de viajar y disfrutar de hermosas ciudades como Córdoba.
Córdoba tiene esa esencia que nos enamora a todos. Sus callejuelas, nuestro jardín de columnas y arcos de la Mezquita-Catedral, sus patios, sus historias…
Por ello, os proponemos una gran ruta romántica, donde se puede palpar todo lo que Córdoba ofrece y toda la magia que esconde.
Calle de las Flores
En pleno barrio de la Judería, nos encontramos está calleja, estrecha y muy sinuosa, la cual es una de las más tradicionales de la ciudad. Si subes esta calle hasta la pequeña plazoleta en la que desemboca te encontrarás con una de las imágenes más espectaculares: los balcones enrejados se llenan de flores para dejar en medio a la torre de la Catedral.
Monumento a los enamorados
Monumento dedicado al amor entre el poeta Ibn Zaydun y la princesa Wallada. El monumento lo forma un templete con cuatro columnas, tejadillo y un pedestal con dos manos.
Wallada, fue una prolífica poetisa, que competía con poetas y literatos. Cuando era más adulta, decidió abrir un salón literario en el que se realizaban reuniones para los intelectuales. Ibn Zaydun, de nobleza y excelente posición, y con gran influencia política, acudía al salón de la princesa. Se enamoraron. Comenzó así una apasionada historia de amor, la cual debían mantener en secreto, por lo que expresaban sus sentimientos a través de la poesía.
Pero la envidia estaba cercana a ellos y Ibn Abdús, un poderoso califa tendió una trampa a Ibn Zaydun. Una criada de Wallada sedujo a éste y él, pecando de ingenuidad, cayó en la trampa apareciendo el visir y haciendo público esta supuesta traición.
Wallada no supo perdonarlo y, además, Ibn Abdús provocó la caída política del poeta en Córdoba. Fue encarcelado aunque consiguió huir a Sevilla, donde llegó a ser uno de los visires más cercanos del rey de Sevilla.
La princesa Wallada, en cambio, se acercó al visir Abdús con quien acabaría viviendo pero sin casarse con él.
Alcázar
Este espléndido monumento lo mandó construir el rey Alfonso XI en el siglo XIV. Está asentado sobre una antigua fortaleza romana. A partir de este momento, se convirtió en la residencia de los Reyes Católicos, gestándose en su interior cuestiones de estado como la reconquista de Granada o el Descubrimiento de América.
Especiales son sus jardines, de inspiración árabe, destacando palmeras, cipreses, naranjos y limoneros, entre sus aguas en estanques y fuentes. Por la noche tiene lugar un espectáculo de luces, música y agua que se ofrece incluido en la entrada al recinto.
Cristo de los Faroles y Cuesta del Bailío
Esta imponente escultura, con el nombre original de Cristo de los desagravios y Misericordia, se encuentra en la plaza de los Capuchinos la cual, como citó el poeta Pablo García Baena, es un “rectángulo de cal y cielo”; es un lugar místico, de extraño sosiego y austeridad.
La cuesta del Bailío nos lleva a esta plaza. Antes dividía la ciudad alta de la baja. Sobre ella se encuentra la casa de la familia Fernández de Córdoba. Su escalinata empedrada con el dibujo típico cordobés y sus buganvillas y cipreses confieren a este lugar un romanticismo inigualable.
Medina Azahara
Ciudad palatina de Abd Al-Rahman III, cuenta la leyenda que era tanto el amor que sentía éste por su favorita al-Zahrá (Azahara), que significa “La Flor”, que le prometió construir la ciudad más grande y maravillosa que los ojos hubieran visto jamás.
Se encuentra a 7km de la capital a los pies del monte de la Desposada. Actualmente solo está excavado el 10% ya son 112 hectáreas, ¡Imagínense si todo estuviera excavado! Tuvo su esplendor durante setenta años hasta la guerra civil, o “fitna”, en el 1.010 en el que fue saqueada, incendiada y olvidada.
Estos son algunos de los lugares más románticos de Córdoba, pero nuestra hermosa ciudad tiene muchos más. Cualquier callejuela de la antigua judería puede ser el más romántico de los rincones, sobre todo en primavera cuando el Azahar nos embriaga con su olor.
Córdoba no tiene nada que envidiarle a las ciudades más románticas del mundo ¿Tú que opinas?
