El Flamenquín Cordobés, es un empanado que se hace en forma de rulo envolviendo la carne con el jamón, a diferencia del San Jacobo.
No se sabe con exactitud de donde proviene su nombre, pero se cuenta que lo recibió por su color, rubio como los flamencos que llegaron acompañando al emperador Carlos V (color dado por el rebozado con huevo batido). Sus componentes originales fueron el escalope de ternera cortado muy fino y relleno de jamón serrano y rebozado con huevo y pan rallado. Con el tiempo, el escalope de ternera ha sido sustituido en la mayoría de locales por filete de cerdo o de pollo.
Historia y origen
Aunque todo el mundo asocia el flamenquín con Córdoba, hay quienes aseguran que su historia comenzó en otros rincones de Andalucía. Algunas versiones lo sitúan en Bujalance o incluso en Andújar, en la provincia de Jaén. Se cuenta que Antonio Penalva, cocinero del restaurante Madrid-Sevilla en Andújar, descubrió la receta y la llevó a su pueblo, donde no tardó en convertirse en un plato habitual.
Por otro lado, hay registros en el Diario de Córdoba de 1908 que ya mencionaban este manjar en los menús de la época, lo que sugiere que su presencia en la capital andaluza viene de lejos. Sea cual sea su verdadero origen, lo cierto es que el flamenquín ha logrado hacerse un hueco en la gastronomía cordobesa y es difícil imaginar una carta de restaurante sin él.
Sea cual sea el origen, la evolución ha sido más que popular, tanto que los puedes encontrar de muchas formas: rellenos de chorizo, de huevo duro, de pimientos, de setas e incluso de langostinos, pero si quieres el original, a continuación te dejamos la receta:
Ingredientes
- 200 gr cinta de lomo
- 100 gr jamón
- 100 gr tocino ibérico
- 1 huevo
- Pan rallado
- Harina
- Ajo y perejil picado
- Zumo de limón
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
- Se aplastan lo más finamente posible los filetes, se extienden y se marinan con zumo de limón, ajo y perejil picado, sal y pimienta durante al menos 30 minutos para potenciar su sabor y jugosidad.
- Se rellenan con tiras de jamón y tocino ibérico y se enrollan con cuidado.
- Para evitar que se desarmen al freír, se pueden sujetar con palillos y retirarlos después de rebozar.
- Se pasan por harina, a continuación por huevo batido y, por último, por pan rallado.
- Se fríen en abundante aceite de oliva bien caliente hasta que estén dorados y crujientes.
- Se escurren en papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Acompañamientos recomendados
Acompáñalos con patatas fritas caseras, Ensalada fresca de lechuga, tomate y cebolla, salsas caseras como alioli, mayonesa de ajo o una salsa de pimientos asados y puré de patatas o patatas a lo pobre
El flamenquín cordobés no solo forma parte del recetario tradicional de la región, sino que también ha sabido adaptarse con el tiempo, dando lugar a distintas versiones sin perder su identidad. Desde el clásico con jamón serrano hasta opciones más atrevidas con queso o mariscos, este plato sigue conquistando mesas y paladares. Puede que lo prepares en casa o lo disfrutes en un restaurante, pero una cosa es segura: cuando pruebas un buen flamenquín, es difícil resistirse a repetir.
Desde Bodegas Mezquita te invitamos a probar uno de los platos estrella de Córdoba y a descubrir por qué sigue conquistando paladares generación tras generación.
