Como ya hablamos en el último post, hay platos que rara vez se presentan en una mesa fuera de la época de Cuaresma y es una pena porque son platos que nos transmiten unas sensaciones y sabores únicos que nos transportan muchos años atrás, a las comidas en casa de los abuelos, a las reuniones familiares en los pueblos, a esos guisos tan nuestros….
Uno de estos platos es el Potaje de Vigilia, todo un clásico en la gastronomía de la Cuaresma, sobre el cual, en cada casa y sobre todo en cada región, existe una versión ligeramente diferente. Aunque en la mayor parte del territorio español se compone de bacalao, espinacas y garbanzos, hay zonas en las que se añaden alubias blancas u otras legumbres que, como manda la tradición, eran cocidas en ollas de hierro que luego se servían sobre las mesas en la comida.
Otras versiones de esta receta sustituyen las espinacas por acelgas, o simplemente las agregan y en el momento de servirlo, añaden un huevo duro picado sobre el potaje.
Hoy vamos a ver esta receta en su versión más tradicional, la compuesta por bacalao, garbanzos y espinacas. Seguro que mientras la lees podrás recordar el olor de este potaje cociéndose el jueves por la tarde en casa, ya que lo mejor es dejarlo reposar un día antes de comerlo.
RECETA DEL POTAJE DE VIGILIA
Ingredientes:
- 400gr de garbanzos
- Hierbabuena
- 1 cucharada de pimentón dulce
- 6 cucharadas de aceite de oliva
- 8 cucharadas de pan rallado
- 2 diente de ajo
- 2 colas de bacalao
- Espinacas
- Pimienta y sal
Elaboración:
El día anterior a ponernos manos a la obra, habremos puesto los garbanzos en remojo en agua fría y habremos puesto a desalar el bacalao también en agua fría cambiándole el agua al menos tres veces.
Una vez los garbanzos estén tiernos y el bacalao desalado, escurriremos los garbanzos y pondremos en una olla a cocer.
A parte ponemos una sartén con un poco de aceite. Doramos los ajos y la cebolla. Cuando estén sofritos, agregaremos el pimentón y el bacalao ya desalado y desmigado para rehogarlo unos minutos más todo junto y que los sabores comiencen a soltarse y mezclarse.
Cuando veamos que están los garbanzos tiernos le agregamos el aceite la sal, la hierbabuena, la pimienta, la nuez moscada, el pan rallado, las espinacas y el sofrito con el bacalao. Lo dejamos todo una media hora más o menos a fuego medio hasta que los garbanzos estén totalmente tiernos.
Una vez estén tiernos los garbanzos lo dejaremos todo reposar con el fuego cortado durante al menos media hora sobre la hornilla. Lo ideal es dejarlo luego a temperatura ambiente un buen rato más antes de comerlo ya que, como comentábamos antes, los potajes están mejor de un día para otro.
Como manda la tradición, este potaje se come los viernes de cuaresma, de modo que en Bodegas Mezquita Céspedes y Bodegas Mezquita Corregidor, hasta Semana Santa, podrás disfrutar de este potaje tan casero que nos recuerda a otros tiempos.
¿Cómo hacíais en casa el Potaje de Vigilia?
Bodegas Mezquita.
www.bodegasmezquita.com