Los vinos cordobeses son un producto muy valioso de nuestra tierra. Es por eso que en Bodegas Mezquita, y continuando con nuestro compromiso de promover nuestra gastronomía y los productos de Córdoba, hoy queremos daros a conocer algunos datos más sobre estos vinos, en concreto los tintos.
Así. Los tipos de uva más utilizados en la elaboración de los vinos tintos cordobeses, son:
tempranillo, syrah, cabernet sauvignon y merlot.
Características de estas uvas tintas:
Tempranillo:
En el caso del “Tempranillo”, vemos que se trata de una variedad de uva (originaria de nuestro país), que es de gran calidad y además probablemente la más extendida en España. Eso es así debido a que su cultivo se amolda con facilidad al clima continental, y además su tonicidad que posibilita un envejecimiento más prolongado en barrica.
Como decimos, vemos que su cultivo se da en casi toda España, Córdoba incluida. También hay quien la denomina como la “tinta del país” o “cencibel”. Sin embargo, hay que destacar que su nombre principal, “Tempranillo”, proviene del hecho de que esta clase de uva madura unas semanas antes que la mayoría de uvas tintas de nuestro país.
En cuanto a su aspecto físico, su racimo se caracteriza por ser cilíndrico, compacto y de tamaño mediano, a menudo con dos alas, con piel gruesa. Los vinos de esta clase uvas suelen tener un llamativo color rojo rubí.
Su aroma y sabor son afrutados y con baja acidez, además de un contenido bajo en azúcar, por lo que resulta idónea para mezclarla con otras variedades como Garnacha, Graciano, Merlot y Cabernet Sauvignon entre otras.
Syrah:
Se trata de otras de las variedades de uva más famosas, junto con la Cabernet Sauvignon y la Pinot Noir. Su origen no está totalmente definido, aunque hay muchos expertos que defienden que nació en Persia.
Ciertamente, nos encontramos con que los vinos que surgen de esta clase de uva son vigorosos y de gran potencia, con cuerpo, de textura sedosa, y llenos de taninos. Presentan aromas muy agradables a violeta y fruta negra (tipo mermelada de ciruelas, grosella negra o zarzamora); y mientras que los vinos que son sometidos a una crianza en roble desarrollan otros aromas como ligeros toques ahumados, coco, trufa, especias, aceituna negra, etc.
Su sabor presenta una amplia gama de posibilidades frutales y sabores especiados, dejando siempre un prolongado sabor en boca.
Cabernet Sauvignon:
Aunque la encontramos en algunos de nuestros tintos, se trata de una uva noble originaria de Francia, que se conoce sobre todo por ofrecer mucho carácter. Es una de las uvas más internacionales debido a que se adapta con gran facilidad a todos los climas.
Físicamente, las uvas de esta variedad son pequeñas y redondas, con la piel bastante dura. Asimismo, su pulpa también es dura y podríamos decir que crujiente, y en la que predomina un color rojo picota de gran intensidad.
En cuanto a su degustación, sus aromas recuerdan a flores silvestres, como bayas, moras, grosellas, y principalmente a las violetas. Es ideal para vinos de crianza. Sus taninos son sobrios y vigorosos, elegantes y densos, dando lugar a un vino con mucho cuerpo y alta graduación alcohólica. En resumen, dan lugar a un vino de extraordinario paladar y gusto.
Merlot: Es una variedad de origen francés conocida mundialmente. Tiene un color azulado y una piel bastante gruesa. Es la uva tinta foránea que suele ser más aceptada por sus taninos menos secos que los de la cabernet Sauvignon, proporcionando un sabor más dulce y afrutado. Se cultiva sobre todo en Aragón y Cataluña, y algo menos en Alicante y Murcia.
Este vino presenta un color rubí intenso con tintes violáceos. El color del mismo depende de la zona de elaboración ya que en ciertas franjas del país se elaboran vinos más oscuros mientras que en otras se obtienen vinos más livianos y claros. Los aromas característicos de estos vinos son los de los frutos como las grosellas, moras, Cassis, etcétera, flores rojas, tabaco, guinda, violeta además de la trufa y el cuero.
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