Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra cóctel se define como: Bebida compuesta de una mezcla de licores a la que se añaden por lo común otros ingredientes.
Sin embargo, los cócteles vienen de más antiguo, concretamente del Golfo de México, donde el pirata inglés de la reina Isabel I de Inglaterra, Sir Francis Drake, vendía licores sin mezclar allá por el siglo XVI en las costas del Caribe. Allí, sus gentes las mezclaban y tomaban lo que ellos llamaban ?dracs?, servidos en vasos anchos y removidos con una cuchara de metal.
No fue hasta los tiempos de la Reina Victoria cuando comenzó a tomar su nombre actual, después de que un mozo en una Taberna del puerto de San Francisco de Campeche, en la Península del Yucatán? removiera esta bebida con la raíz de una planta local que, por su forma, llaman ?cola de gallo? (cock’s tail), en lugar de hacerlo con la cuchara de metal que aportaba sabor a la bebida.
Un comerciante de maderas inglés se acercó al chico y le preguntó qué era aquello y él le contestó que era un ?Cocktail?, refiriéndose a la raíz de la planta con la que removía la mezcla.
Desde esos tiempos la palabra cóctel, nuestra versión en castellano, ha servido para albergar a multitud de creaciones que, en muchos casos, deben sus nombres a la inspiración de sus creadores, que los bautizaban en función del evento o la persona a la que estuvieran destinados.
Posiblemente, los más extendidos sean el Margarita, San Francisco, Manhattan, Dry Martini, la Caipirinha o el Gin Tonic, que cuenta con multitud de aficionados a este cóctel compuesto, en su base, por Ginebra y tónica, con variaciones en función del tipo y la variedad de ginebra y tónica que se utilice.
Desde leche a especias, pasando por la enorme variedad de licores, zumos, bebidas carbonatadas, salsas y toppings que existen, las combinaciones son prácticamente inagotables. No hay limitaciones en cuanto a los ingredientes a la hora de crear un cóctel, lo que importa es su sabor, presencia y por supuesto, aún más en esta tierra de Córdoba y en estos meses de calor, que sea refrescante y propicie pasar una sobremesa agradable tanto en la comida como en la cena.
Lo único que no se toma solo en un cóctel es el propio cóctel, que adquiere su sentido al tomarlo con amigos o familiares y en función del momento del día o de la finalidad de este. Es por esto que existen cócteles de aperitivo, digestivos, reconstituyentes, refrescantes o de media tarde.
Una pequeña ración de cultura para disfrutar aún más de la nueva carta de cócteles de autor de Ziryab Taberna Gastronómica.