La gastronomía cordobesa no solo conquista por sus platos principales, sino también por su extraordinaria variedad de dulces y postres tradicionales. Córdoba es una ciudad donde la tradición y la pasión por la repostería se reflejan en cada bocado, con recetas que pasan de generación en generación. Si eres amante de los sabores dulces y te gusta explorar la cultura a través de la comida, aquí te presentamos algunos de los postres y dulces más emblemáticos de Córdoba.
Ya sea que te encuentres en plena Semana Santa, durante el Carnaval, o simplemente explorando la ciudad, estos dulces son un verdadero regalo para el paladar. Descubre más sobre estas delicias que forman parte de la identidad cordobesa.
Torrijas
Las torrijas son un clásico que no puede faltar en Córdoba, especialmente durante la Semana Santa. Este postre, que tiene sus raíces en la cocina humilde, es tan simple como delicioso. Se prepara con pan del día anterior empapado en leche, huevo y azúcar, para después freírlo y espolvorearlo con canela o miel.
En Córdoba, las torrijas alcanzan otro nivel gracias al uso de miel local y un toque de vino dulce Montilla-Moriles. Este dulce es perfecto para disfrutar después de una comida o acompañado de un café en una tarde tranquila. Su sabor reconfortante lo convierte en uno de los postres más populares entre locales y visitantes.
Pastel cordobés
El pastel cordobés es sin duda una de las joyas de la repostería de Córdoba. Este postre, que combina hojaldre crujiente y cabello de ángel, es perfecto tanto para los más golosos como para quienes buscan un sabor equilibrado.
El pastel cordobés tiene además una gran carga simbólica: es habitual verlo en celebraciones especiales y como obsequio tradicional. Aunque puede parecer sencillo a simple vista, su elaboración requiere técnica y dedicación, lo que lo convierte en un producto único. A menudo, se sirve espolvoreado con azúcar y canela, aunque también existen versiones con toques innovadores como almendras o chocolate.
Pestiños
Otro dulce que no puede faltar en las festividades cordobesas son los pestiños. Estos pequeños bocados de masa frita, aromatizados con anís y bañados en miel, son un clásico durante el Carnaval y la Semana Santa.
Los pestiños son un ejemplo perfecto de cómo la tradición se mezcla con la sencillez en la cocina cordobesa. Su textura crujiente y su sabor dulce hacen que sea imposible comer solo uno. Además, en muchos hogares y pastelerías, los pestiños se preparan siguiendo recetas familiares que los convierten en una verdadera experiencia cultural y gastronómica.
Gachas
Las gachas dulces son un postre tradicional que suele disfrutarse durante los meses más fríos. Este plato sencillo y reconfortante está hecho a base de harina, leche, azúcar y canela, con un toque de cáscara de limón para darle un aroma inconfundible.
Aunque las gachas se encuentran en diferentes puntos de Andalucía, en Córdoba tienen una versión muy particular que a menudo incluye miel de caña o trozos de pan frito como acompañamiento. Este dulce, que solía prepararse en tiempos de necesidad, ha evolucionado hasta convertirse en un símbolo de la cocina casera y de tradición.
Huesos de santo
Los huesos de santo son una de las elaboraciones más llamativas y deliciosas de la repostería cordobesa. Estos cilindros de mazapán rellenos de yema confitada son un postre típico que se consume principalmente durante el Día de Todos los Santos.
Aunque su nombre puede parecer peculiar, su sabor es un verdadero deleite. En Córdoba, además de los clásicos de mazapán, también es posible encontrar versiones con rellenos innovadores como chocolate, coco o frutas. La textura suave del mazapán contrasta perfectamente con la cremosidad de su interior, convirtiéndolos en una experiencia única para los amantes de los dulces tradicionales.
En Bodegas Mezquita, algunos de estos dulces están presentes, ya sea en su carta o en las festividades que celebran con tanto esmero. ¡Te invitamos a degustarlos y disfrutar de la esencia de Córdoba en cada bocado!