Hoy ,28 de Diciembre se celebra el Día de los Santos Inocentes, ese día que esperan los bromistas como agua de mayo y que se considera como uno de los eventos navideños más típicos.
¿Quién no ha sido víctima o artífice de alguna broma este día?
Incluso algunos medios de comunicación se apuntan a esta tradición y tergiversan su contenido sin que llegue a parecer algo irreal. En definitiva, es un día en el que se da rienda suelta a la imaginación y el sentido del humor, un día en el que todo vale.
¿Quién se imaginaría que el origen de este día tan picaresco está basado en un trágico acontecimiento religioso?
En el Evangelio de San Mateo, se cuenta como Herodes, rey de Judea, empezó a temer por su trono tras el nacimiento de Jesús. Su intención era localizarlo para deshacerse de él, por eso, les pidió a los Reyes Magos, cuando se dirigían a adorar al Mesías, que le informaran de dónde estaba el pequeño con la excusa de ir él también.
Sin embargo, los Reyes Magos recibieron un aviso de Dios con las intenciones de Herodes y no le relevaron ningún dato. Por tanto, Herodes lleno de rabia y frustración, mandó a sus soldados para acabar con todos los menores de 2 años del pueblo y asegurarse así de que el anunciado Mesías, futuro Rey de Israel, era asesinado.
Desde entonces, la Iglesia Católica conmemora cada 28 de diciembre la fiesta de los Santos Inocentes, para recordar esas crueles muertes infantiles.
Hasta día de hoy, se desconoce cómo este día se convirtió en una celebración humorística y alegre con bromas de todo tipo. Lo que sí tenemos bastante claro, es que todo lo que sea pasar buenos momentos es bien recibido, así que ¡más nos vale que estemos atentos!